Un Rito de Familia

Yo que soy el cuarto en la familia que lleva el nombre de mi bisabuelo Miguel Arroyo Berna, aquél que allá por 1920 reparaba en su astillero en Chucuito (El Callao), los Clíppers cansados de alta borda, con tablas de cedro traídas desde Nicaragua, quien siempre cumplía la palabra empeñada y sabía ser buen amigo también en las malas.

Barco velero ClípperBarco velero Clípper
Fuente: internet

 Era una tarde de octubre del 2011. Desde el balcón de la casa familiar en La Punta, frente al Club Regatas Unión, un velero estaba siendo reparado en la playa y, mirándolo con el antiguo catalejo del abuelo vi que en su popa llevaba escrito con letras blancas grandes ”La Gaviota”. La embarcación tenía quilla y estampa muy marineras. Mi padre se sonrió viéndome mirar el velero, y me dijo:

– Te voy a contar un rito de familia.

Mi padre, Miguel Arroyo Rizo Patrón, comenzó a contarme de esta manera:

– Era diciembre de 1960 y a la salida del Colegio San José, que por entonces quedaba en la calle Paz Soldán, frente al Castillo del Real Felipe, me recogió mi padre Miguel Arroyo Huanira, que venía de guayabera blanca, pantalón de dril y zapatillas, y una sonrisa de domingo.

Luego me llevo a nuestra casa de Bolognesi, en La Punta, para que me cambiara en buzo deportivo de colegio, y zapatilla de dril. Vestidos así nos fuimos al Club de Regatas Unión y en su muelle abordamos “La Gaviota “, velero que con mucho entusiasmo había comprado ese año mi padre y donde solía sacarme a navegar, pero nunca me daba el timón.

Yo admiraba mucho a mi padre Miguel. Me encantaba cuando salíamos a navegar que me contase historias de sus años de estudiante en la antigua Escuela de Ingenieros, ubicada en la calle Espíritu Santo, adonde acudía en tren religiosamente todos los días, desde la estación de los ingleses en la Plaza Grau hasta la de Desamparados en Lima.

Ese día salimos de la casa besando a mamá con mucho cariño y sentí entre ellos el clip de una sonrisa cómplice. Abordamos el velero, con el cual enrumbamos hacia la Isla de San Lorenzo. Se veía desde ese punto la isla de El Frontón, con un halo de tristeza a su alrededor.

Vista aerea del CallaoVista aérea del Callao, y de El Camotal entre La Punta y la Isla San Lorenzo
Fuente: internet

Luego, de regreso, por primera vez a la altura de El Camotal me dio el timón; entonces comencé a sentir la potencia del viento y la velocidad que éste le imprimía al velero, que me acercaba peligrosamente a El Camotal, y cómo a golpes de timón pude enderezar el rumbo apuntando la proa hacia Cantolao.

En ese momento sentí que dejaba de ser niño y me volvía adulto en el timón de “La Gaviota”. Entonces, mientras navegamos, mi padre me dijo:

– Hace muchos años tu abuelo me inició en este Rito de Familia que hemos efectuado a través de los tiempos, porque en el espíritu de los chalacos está el Mar Pacífico.
Navegando como te digo, mi padre, Miguel Arroyo Huanira prosiguió contándome:

– Era diciembre de 1927 y tenía 15 años. A la salida del colegio, de ese mismo al que tú vas, el de la calle Paz Soldán, por aquella época tenía otro patio de media hecho de quincha, que se destruyó con el terremoto de 1940; luego, por cosas de la vida que sería largo relatarte, yo reconstruí ese espacio de recreo de secundaria. Lo rehice con ladrillo y concreto, donde tú estudias, porque ya ejercía yo de ingeniero.

– Aquel diciembre de 1927, pues, regresé al astillero de la familia llevando aún el uniforme de colegio, y encontré a “la primera Gaviota “nueva, recién pintada, que había fabricado mi padre con sus manos, tabla por tabla. Lo encontré tensando los cabos que amarran las velas, y allí mismo me llevó a navegar hacia la Isla San Lorenzo, y también como yo ahora a ti, al regresarnos me entregó el timón.

– Allí pude aprender a tocar una sinfonía no escrita, conformada por el viento y el velamen, usando como instrumento la nave corriendo sobre las olas. En ese momento tomé la responsabilidad de llevar a mi padre hacia la playa a golpes de timón, iniciando una relación entre el velero y yo.

Entonces su padre, Miguel Arroyo Berna, con esa visión pragmática de las cosas que tenía le dijo:

– Hijo, ahora que dejaste de ser niño vas a comenzar a navegar por la vida como un adulto, y así como timoneas ahora “La Gaviota”, con optimismo y seguridad, debes timonear tu vida para ser un hombre de bien.

Miguel Arroyo Huanira lo miró profundamente más allá del presente, hacia el pasado de aquel hombre que era su padre y que desde joven se había casado con el mar y con los veleros de madera, y se preguntó cuántos puertos sin nombre habría tocado cuando navegaba, y cuántos recuerdos de risas en lenguas extrañas guardaría en su corazón.
Aquella tarde de diciembre de 1960 Miguel Arroyo Huanira me dijo:

– Hijo, yo he cumplido los ritos de familia y ahora te toca a ti timonear tu vida como me enseñaron a mí, y te lo trasmito a ti para que cuando llegue tu propio vástago se cumpla este viaje en “La Gaviota”, para que comprenda que en la vida se pasa siempre cerca de El Camotal, y tienes que mantener el rumbo firme, ser hombre de un solo Dios y una sola mujer.

Ahora, cuando Miguel Arroyo Huanira ya dejó de navegar en esta vida, puedo decirte que mi padre siempre estuvo cerca de El Camotal, navegando por sus hijos; con gran esfuerzo logró que todos fueran hombres probos y útiles a la sociedad. Él siempre fue un hombre de una sola mujer, creyendo siempre en Dios y en su país.

– Yo navegué por la vida -dijo mi padre Miguel Arroyo Rizo Patrón-, siempre tratando de evitar pasar cerca a El Camotal, y creo que me faltó aquella dedicación y optimismo de mi padre para llevar el timón. Por eso hijo mío, tú que llegaste un poco tarde a mi vida, cuando ya casi había perdido el gusto a navegar, he vuelto a arreglar y a aviar “La Gaviota” para poder efectuar juntos el Rito de Familia.

Yo, Miguel Arroyo Rodríguez, espero con ansias este próximo diciembre de 2013, cuando a la salida del colegio, que ya no es el mismo de mi padre ni de mi abuelo, porque nos fuimos del puerto, mi progenitor me espere para cumplir el rito de familia, y pasar así de la niñez a la edad adulta empuñando el timón de “La Gaviota”, como todos ellos en su día lo hicieron…

El Puerto del Callao a principios del siglo XIXEl Puerto del Callao a principios del siglo XIX
Fuente: Archivo Fotográfico del Diario el Comercio (Lima)

… Sintiendo de esta manera responsabilidad de llevar a mi padre a puerto seguro, como lo ejecutaron los que me antecedieron y llevaron este nombre que me trasmitió mi padre, que supo escribir en el recuerdo del puerto al padre de su padre, aquél que olía siempre a viruta fresca, a brea y a mar, para que lo conserven aquéllos que vendríamos después.

Miguel Arroyo Rizo Patrón (1945)
Lima, agosto de 2013

CHALACOS NACIDOS Y CHALACOS ADOPTIVOS

 DAVID LLANOS RODRÍGUEZ

huella digital

En la mano de todo hombre pone un sello,

para que todos los hombres reconozcan su obra.

JOB 37:7

Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento

Reina-Valera 2009

Breve presentación personal

Me llamo Federico Arrarte Rodríguez, chalaco nacido en 1939 en la calle Tacna Norte, y desplazado junto con otras tantas familias chalacas a un campamento hecho de esteras en “La Pampa” (luego Santa Marina), consecuencia del terremoto de 1940. Allí estuvimos hasta que empecé mis estudios escolares en el Colegio San Antonio (calle Junín), que era mixto y pertenecía a los Hermanos Marianistas y a las Hermanas del Inmaculado Corazón de María (1945). Cerca estaba el Colegio Gálvez (Arequipa Norte), para descendientes de japoneses.

terremoto

El 24 de mayo de 1940, a las 11:35 de la mañana, un fuerte terremoto de 8.2 grados de intensidad sacudió Lima y El Callao. Este fue el terremoto de mayor magnitud que afectó al Perú durante el siglo XX

El terremoto de 1940 contabilizó 179 muertos y 3500 heridos

Fuente: Internet

Mi niñez y adolescencia transcurrió en la calle Zepita 365, casa al lado de un inmueble que fue primero fábrica de helados D’Onofrio y luego sede del Sport Boys, a media cuadra del Cine Badell, de la cervecería Pilsen Callao, y frente a la casa del gringo Schwartz, de los Biffi (Antonio Biffi: Campeón Sud Americano en saltos ornamentales de 1939 y gran buzo de renombre); de los Schiantarelli (del jardín en la casona chalaca de del Parque Garibaldi en la avenida Dos de Mayo); del taller factoría de los Caballero (llegó a ser presidente del Boys); de los Vargas, de donde desde su balcón salía la matrona (su esposo era Mayor del Ejército Peruano), y le decía al chiquillo Vargas: Sube, hijo, no te juntes con la chusma … Él quería jugar con los chicos de la calle, con los chicos del barrio: la casa de las hermanitas Maqueira, modistas (padre portugués reconocido como modistón), siempre elegantemente vestidas; la librería del señor Solís; la casa de los hermanos Peñaloza y de los Hermanos Ribbeck y, más allá, los hermanos Gonti (trompeaderas que hubiera jamás faltaban los hermanos Genaro y Cacho); de las Collazos; de la señora Cabezas; de los Lazo (mollendinos).

Había una quinta en donde vivía Willy Monteverde, excelente dominador de pelota; la casa de la Familia Yturrios, y también, más allá había un callejón, nido de traviesos pericotes y carteristas, llegando quien estas líneas escribe a conocer a algunos de ellos y darles una mano en ocasiones que en ejercicio de mis funciones pude hacerlo. Esa quinta tenía salida por las calles Sucre, Montezuma y Puno… Perico que entraba allí estaba seguro de no ser aprehendido.

En la esquina de Zepita y Sucre se hallaba la tienda de la china María (en realidad era de ascendencia japonesa). La china María preparaba y vendía pescado frito, que lo presentaba encebollado, sobre un papel encerado, para luego envolverlo en papel periódico, que era lo mejorcito en El Callao de esos tiempos.

en la pampa

En la Pampa (hoy parte de Santa Marina) después del terremoto de 1940 mis padres: Pastor y Bertina, mi hermana Imelda y el autor de estas líneas

Fuente: Álbum familiar del autor

pastor arrarte

Mi papá, Pastor Arrarte, y yo

Fuente: Álbum familiar del autor

Permítanme ahora referirme a un chalaco adoptivo: DAVID LLANOS RODRÍGUEZ.

David Llanos Rodríguez nació en el Rímac (26 de enero de 1940-Lima), y estudió en el colegio Hipólito Unanue (actual sede del PAP) de la avenida Alfonso Ugarte. Hermano entre ocho vástagos de humilde extracción, como la mía.

David y yo empezamos nuestras vidas como compañeros en la Escuela de Oficiales de la Policía de Investigaciones del Perú (EO-ENIP) en abril de 1958. Desde ese momento empezó a integrarse a nuestro Callao, aquél de los bares cerca al muelle, como el Blue Moon y otros que eran parte de batidas y recorridos de la Brigada Criminal del Callao -yendo a parar los pericos al sótano de la Prefectura del Callao, más conocido como “la ópera”, ya que allí sí cantaban-, adonde casi cada fin de semana, en días de salida, frecuentábamos como detectives en ciernes. Igualmente poníamos buenas horas en la Sección de Investigaciones de la Comisaría de Bellavista, en donde el Oficial de Investigaciones era Rolando Llanos Oliveros, de la Promoción PERÚ, aquella promoción que bajo la guía del Sr. Víctor Arce Franco salió de la antigua Escuela de Policía de la Av. Los Incas, para independizarse como profesionales en la investigación criminal, habida cuenta que no prosperaba como era debido junto con la otra fuerza policial.

Rolando Llanos Oliveros, más tarde en su carrera ya como un general PNP, investigó y arrestó al Presidente de Aero Perú (principios de 1980), por encontrarlo culpable de tráfico ilícito de narcóticos, quien usaba su posición gerencial para tan ilegal fin. Rolando Llanos Oliveros era tío de David.

David Llanos Rodríguez en su carrera como investigador profesional pasó como Jefe Departamental de investigación Criminal de Lima, Jefe Provincial del Callao; jefatura otras unidades y, entre ellas, como Jefe de Resguardo Presidencial en el Palacio de Gobierno durante el primer período de Alberto Fujimori Fujimori. David Llanos fue abruptamente cambiado cuando fue testigo y reclamó por ciertos desmanes y abusos a su personal asignado al obligársele a realizar tareas de servicio doméstico, y no policiales. Fiel a sus principios de profesional digno, íntegro y leal a sus funciones, luego de ser objeto de mezquindades se retiró, o lo retiraron con el grado de Coronel PNP.

Esto no fue el final de la carrera profesional de David, quien regresa al Callao, su ciudad adoptiva, y ocupa diversos cargos en la Municipalidad Provincial, siendo promovido a Gerente Regional de Defensa Nacional, Seguridad Ciudadana y Defensa Civil. Dentro de su exitoso ejercicio y en estrecha coordinación con el Director General de la DICSCAMEC General PNP(r) Edgard Suclla Flores, de nuestra promocion PIP Mártir José Olaya Balandra (1962); iniciaron el “canje de armas de fuego por dinero”. Exitosa iniciativa ésta en donde se recuperan más de 300 armas ilegales en octubre del 2005.

david llanos rodriguez

David Llanos Rodríguez en su puesto de Director General de Seguridad y Protección Ciudadana

Fuente: Álbum familiar del autor

David Llanos Rodríguez, mi hermano, chalaco adoptivo y compañero promocional, falleció el jueves 18 de julio de este año 2013. Su esposa Katty y sus hijos y nietos lo admiran y admiraran por siempre, y también por siempre lo tienen y tendrán presente en sus oraciones y en cada hecho por el dejado en esta vida terrena, como asimismo lo tendremos todos quienes lo conocimos. Nuestra Promoción PIP Mártir Olaya Balandra (1962) se enorgullece por David y por otros tantos cuyas obras merecen difundirse.

Chalacos como David Llanos Rodríguez no pueden pasar desapercibidos, más aun habiendo dejado huella en el quehacer de nuestra tierra natal, nuestra querida ciudad y puerto del Callao.

Esta página cultural web El Callao hace justicia al mencionar y difundir los hechos de un ser humano que merece todo respeto. Chalacos como él existen y nosotros debemos reconocerlos sacando de la postergación sus historias, para que no se pierdan en el olvido. Esta de David me encargo yo de difundirla ante la gracia de la lectura y comprensión de todos ustedes. Chalacos somos y lo que no nos falta es esa entereza que sólo el mar océano del Callao nos regalara desde niños; esos horizontes enigmáticos y llenos de esperanza que siempre recordamos y nos acompañan para siempre.

david llanos rodriguez 1

David Llanos Rodríguez: el primero a la derecha de la primera fila.

Federico Arrarte Rodríguez: el primero a la izquierda en la fila posterior

Fuente: Álbum familiar del autor

Federico Arrarte Rodríguez

Canadá

 

RASTROS Y ROSTROS

Nuestra galería de Rastros y Rostros presenta fotos y referencias de familiares ascendientes de don Francisco Alberto Vaccarella Cottrill (La Punta – 1943).
El Editor

José Antonio Fernández
José Antonio Fernández

Fundador del Club Regatas La Unión de la Punta.
El señor don José Antonio Fernández fue mi bisabuelo por parte materna: padre de mi abuela materna doña Hortensia.

Fernández Escudero, fue madre de mi madre: doña Hortensia Cottrill Fernández, esposa de mi padre, don Francisco Vaccarella l

Fuente: Álbum familiar y testimonio de Francisco Alberto Vaccarella Cottrill 

Mis abuelos maternos
Mis abuelos maternos

 Don Enrique Cottrill Gonzaga fue uno de los primeros administradores generales de la compaña del Guano del Perú, cuyas oficinas quedaban en Chucuito.

Aparece con su esposa, doña Hortensia Fernández Escudero, hija don José Antonio Fernández, fundador del Club de Regatas La Unión de la Punta.

Fuente: Álbum familiar y testimonio de Francisco Alberto Vaccarella Cottrill

Agostino Vaccarella D´angel
Agostino Vaccarella D´angel

Agostino Vaccarella D´angelo, mi abuelo paterno, padre de mi padre don Francisco Vaccarella I.

Transcripción del diploma:

Don AGOSTINO VACCARELLA D´ANGELO, aparece inscrito en el Libro respectivo de la Compañía de Bomberos Roma ll con fecha Enero de año 1877

Se le entregó un Diploma con mención honrosa por participar en la Guerra del Dos de Mayo que a la letra dice:

Nicolás de Piérola

Presidente de la República Peruana

Por cuanto el ciudadano don AGOSTINO VACCARELLA D´ANGELO se halla comprendido en la ley de 3 de Noviembre de 1892 que concede un Voto de Gracias y una Mención Honrosa a los miembros de las Compañías de Bomberos y Salvadores de Lima, Callao y Chorrillos por sus servicios humanitarios y patrióticos en la última Guerra Nacional.

Por Tanto: He venido a expedirle el presente Diploma, que acredita haberse hecho merecedor a tan honrosa distinción.

Dado en la casa de Gobierno, en Lima a 28 de Julio de 1896

Fuente: Álbum familiar y testimonio de Francisco Alberto Vaccarella Cottrill (La Punta – 1943)