Comentario al artículo “ACERCA DEL NOMBRE DE NUESTRA CIUDAD Y DE NUESTRO PAÍS”

Estimado Ricardo:

Me uno a la campaña que inicias por ser correcta. Los artículos que se están omitiendo de manera sistemática en los topónimos Perú, Callao (también Cusco, Nasca) no surgieron de casualidad. Antes bien, sugieren un hecho que es muy significativo y se refieren a la existencia de una entidad sustantiva. Veamos.

Nuestro puerto se denomina así por la existencia de un callao en sus playas. Es decir, un pedregal de canto rodado que caracterizaba su configuración. Los europeos lo denominaron “Callao y puerto de Lima” no por casualidad. Era un callao (pedregal) y un puerto que servía a la ciudad por ellos fundada valle arriba que, con el tiempo se adjudicó el nombre propio del pedregal: puerto del pedregal o Puerto del Callao.

Sobre El Cusco y La Nasca hay menos evidencias. Pero una versión posible sobre la capital del Tahuantinsuyo es que en un inicio los europeos conquistadores relacionaron a esa ciudad con una persona en su ignorancia de la realidad local que hallaron en medio de la incapacidad para conocerla por falta de traductores e intérpretes verdaderos. Es decir, es un lugar o un personaje que los recién llegados buscan antes de conocerlo. Es sabido que los intérpretes iniciales entre el castellano y el quechua no conocían ninguno de esos idiomas. La costumbre mantuvo el artículo “el” antepuesto al sustantivo Cusco.

El caso del vocablo perú es similar. Virú se torna Pirú en un proceso común en los encuentros de dos o más culturas. El caso es que los europeos arriban y conquistan un territorio que tenía un nombre general (Tahuantinsuyo) aplicado por los cusqueños conquistadores (incas) en un tiempo muy reciente y que en sus extremos norteños no se remontaba a más de medio siglo antes del “descubrimiento” pizarrista. Era un nombre oficial y administrativo y por eso no necesariamente era reconocido y aplicado por la población nativa. Además, esa población nativa en el norte (desde la zona chanca en Huamanga y huanca en el Mantaro hasta Pasto en Colombia) probablemente rechazaba a los incas y a su denominación oficial de Tahantinsuyo. Los europeos, entonces, no encontraron un nombre general, aceptado y usado por la población digamos de consenso que ellos pudieran aplicar para el territorio que estaban conquistando. En casi todos los casos, los europeos rebautizaron los lugares con nombres occidentales que prevalecieron solo si los nativos no tenían un nombre previo. Así, por ejemplo, prevalecieron Nueva España (México) y Nueva Granada (Colombia), pero no Ciudad de los Reyes pues los nativos reimpusieron el nombre Lima. El Pirú es el nombre que prevaleció pues los nativos no pudieron nombrar el territorio de otra manera. El artículo le viene de ese territorio legendario que buscaban los conquistadores desde antes de llegar al país. El que sea pirú y no perú es un asunto para otro comentario.

Felicitaciones nuevamente,

Dr. Francisco Quiroz Chueca
Profesor principal
Departamento de Historia
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Acerca del nombre de nuestra ciudad y de nuestro país

¿REGIÓN CALLAO o REGIÓN EL CALLAO?
¿REPÚBLICA PERÚ, REPÚBLICA DE PERÚ o REPÚBLICA DEL PERÚ?

Cada vez más frecuente y masivamente escuchamos y leemos escrito frases como: Voy a Perú,… Vengo de Perú,… Aquí en Perú,… El gobierno de Perú, etc., etc., donde, lamentablemente, no son sólo personas de bajo conocimiento académico y cultural quienes incurren en el grave error de no saber el nombre histórico, tradicional y oficial de su propia patria sino también masas más amplias, ilustradas, de la población, y profesionales con estudios superiores, por mucho que sean gestores administrativos de alto nivel gubernamental y estatal, funcionarios diplomáticos de carrera, que representan a nuestro país en el extranjero, sin que queden libres de pecado boletines de municipalidades, de ministerios, de embajadas, de periódicos de tirada nacional, sin exclusión del mismo vocero oficial EL PERUANO.
Asunto similar sucede con El Callao, con el perjuicio que la falla (ausencia absoluta del artículo EL) comprende hasta la denominación y escudo del Callao autorizados legalmente. Habitualmente observamos en su encabezamiento: REGIÓN CALLAO y no lo correcto, que, repito, debería ser REGIÓN EL CALLAO.

Escudo del callao
Escudo del Callao (Fuente: Internet)

 

No es Provincia Constitucional Callao ni Provincia Constitucional de Callao, sino Provincia Constitucional del Callao la que recibimos de nuestros mayores. Así, sus títulos derivan de esta realidad, como el otorgado por la Convención Nacional con fecha 8 de marzo de 1834:
La fiel y generosa ciudad del Callao, asilo de las leyes y de la libertad.
¿Se halla escrito?:
La fiel y generosa ciudad de Callao, asilo de las leyes y de la libertad
¡No! …Tampoco:
La fiel y generosa ciudad Callao, asilo de las leyes y de la libertad
No se arguya que el generalizado desacierto se debe a encomiable sentido de economía o ahorro de palabras, ni que significa lo mismo decirlo así o de la otra manera. Bien cotejamos en el caso análogo de la REGIÓN LA LIBERTAD lo correcto: REGIÓN LA LIBERTAD – y no lo que sería deplorable y equivocado –: REGIÓN LIBERTAD, sin su artículo LA.
Surge una pregunta preocupante: ¿Será que en el Perú la huachafería y ridiculez irremediablemente se incrementan sin freno ni medida? … Porque no es, repito, ignorancia de una u otra persona, novelería de uno u otro individuo aislado, del mal uso de la lengua de algún grupo marginado de la sociedad, ¡no…!, sino de algo masivo que cada vez abarca más a toda la colectividad y a todos los sectores nacionales.
Tampoco es cuestión de poner o no poner un artículo de más o de un artículo de menos (el) sino, insisto: del nombre tradicional, histórico y oficial de la ciudad del Callao y de nuestra patria el Perú.
Cuando los ciudadanos en el Perú o en El Callao realizan trámites, éstos, los trámites, para felicidad de burócratas, de notarios y de abogados se ven entorpecidos y no avanzan porque en la partida de nacimiento o en el DNI del interesado el funcionario inicialmente le consignó de manera incorrecta una letra equivocada, ¡una sola letra!: Crus con s en vez de Cruz con z, Fernándes con s en vez de Fernández con z, etc., o, simplemente, como tantísimos casos que se arrastran desde el siglo XX, en su día el registrador de turno escribió uno solo de los nombres o uno solo de los apellidos de los progenitores, y no todos los nombres y apellidos completos como estaba obligado o se suponía que estuviera obligado, creando problemas serios posteriores que ahora padecemos, porque en definitiva somos los mismos ciudadanos quienes sufrimos las consecuencias.
Regresando al tema. Soy de la opinión que antes o después – lo prudente y sensato sería hacerlo antes, y hoy mejor que mañana –: corregir el lema del escudo del Callao, y consignar lo preciso y cabal: REGIÓN EL CALLAO, enmendando lo equivocado existente hasta ahora de REGIÓN CALLAO (o CALLAO a secas). Así, habrá que subsanar y escribir correctamente El Callao y el Perú allí donde aparecen noticias en medios de información públicos, ya sea hablados o escritos; en carteles – de los que la ciudad del Callao está lleno como si viviésemos en eternas elecciones municipales y regionales –, en la propaganda turística en nuestro país y, también, en la publicitada en el extranjero, espacio electrónico y demás.
Propondría yo desde estas líneas que se tomara exámenes de conocimiento a alumnos, a educandos en general, tanto de escuelas primarias y secundarias como de institutos superiores y universidades, del nombre correcto del Perú, y que sean reprobados – jalados se dice en lenguaje popular – aquéllos que no lo saben, incluyendo con sanciones a los maestros, que son los primeros responsables.

Escudo de la Región del Callao
Escudo de la Región del Callao                                                                                            (Fuente: internet)

Aconsejaría, igualmente, utilizar cada vez que se precise y releer cada vez que se necesite, la Carta Magna de nuestro país, empezando por su título: CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ.

Ricardo E. Mateo Durand
DNI 25674744

Fuente: http://www.municallao.gob.pe/muniCallao/escudo.jsp

Manifiesto

Hoy llega al ámbito electrónico y, por lo tanto se hace de dominio público nuestra página cultural independiente EL CALLAO, ubicable en la dirección www.el-callao.com

EL CALLAO ve la luz en circunstancias que sistemáticamente se incrementa el interés por el acercamiento y relación de las personas en beneficio de la correspondencia fecunda entre ellas mismas y entre los pueblos. Aspira a ser ventana y nexo adicionales para los naturales de nuestra ciudad portuaria, residan dentro de sus límites territoriales o en el extranjero, así como para individuos y grupos familiares o sociales que eligieron nuestro Primer Puerto para radicarse y contribuir con sus labores cotidianas en su ulterior avance hacia niveles superiores. Igualmente, en consonancia con el espíritu y mentalidad universalistas del hombre de nuestra tierra, será abierto y vasto en perspectivas, como el mar océano que lo baña, por lo que en EL CALLAO también tendrán cabida aquéllos que sin ser chalacos ni residir dentro de sus límites territoriales deseen espacio para expresar en sus páginas lo que deseen comunicarnos. Por lo dicho, quedan todos invitados a participar.

Ambicionamos, pues, aportar siempre de manera perfectiva lo excelente que esté a nuestro alcance, como las demás páginas o redes electrónicas hermanas ya existentes – o las que se organizaren en el futuro – que tienen al Callao por ideal, y brindar nuestra cuota de esfuerzo en esta noble tarea común, lo que nos recomienda a ratificar que nuestra página EL CALLAO no surge para competir ni rivalizar ni pugnar con nada ni con nadie, ni con propósitos de opacar a ninguno, sino, repetimos, para cooperar con flexibilidad y tolerancia, estimulándonos recíprocamente a través del intercambio de noticias, reseñas, conocimientos o actitudes y aptitudes positivas; favoreciendo civilizadamente erudición, sapiencia y sabiduría en ambiente de distensión y concordia entre participantes y lectores.

EL CALLAO alienta a escribir trabajos de las más diversas índoles, como cuentos, relatos, epístolas, memorias, ensayos, historias, narraciones varias en prosa o poesía, en el género que más le agrade a su creador, cuyas composiciones, previa aceptación, serán publicadas ad honórem, sin cobros ni pagos ni retribuciones monetarias para nadie habida cuenta que EL CALLAO es página NO LUCRATIVA. Por lo mismo, que cualquiera tome de él el material que desee con el único compromiso de indicar la fuente, procedencia y nombre del autor, derecho que también practicaremos nosotros sin limitaciones.

EL CALLAO no se responsabilizará por los contenidos de los textos publicados, y tampoco impondrá censura alguna. Serán la propia calidad ético-moral de cada colaborador y su propia conciencia las que iluminen su camino, como también quien lo lea el que juzgue y enjuicie su trabajo.

En el primer párrafo indicamos que EL CALLAO es página CULTURAL. La cultura, como entendemos, abarca todo el espectro del quehacer y sentir humanos, lo material y espiritual inherentes a personas de ambos sexos. En su comprensión más dilatada, incluye conceptos que van desde la más humilde producción y reproducción de bienes materiales, palpables y tangibles, hasta la de los logros intelectuales, intangibles e incorpóreos más elevados. EL CALLAO alentando, estimulando y difundiendo simultáneamente valores chalacos y ecuménicos, se mantendrá al margen de partidismos, facciones, parcialidades y banderías. EL CALLAO honrará y se guiará por principios de Verdad, Honestidad, Justicia, Independencia y Libertad, de respeto al prójimo y a la vida en sus más diversas formas y manifestaciones, de consideración y defensa de nuestra identidad, de protección al medio ambiente y de preservación de nuestro planeta Tierra, que, en definitiva, es el único hogar que disponemos y que nos pertenece a todos.

Ricardo E. Mateo Durand

ricardomateo1945@yahoo.com

Tartu (Estonia)

El Callao (Perú)

Inaugurando nuestra página electrónica cultural El Callao, nos satisface reproducir Conversión de un libertino, narración correspondiente a las Tradiciones Peruanas, autoría de don Ricardo Palma (1833-1919). Incluimos ilustraciones tomadas de internet e intercaladas por nosotros en el texto.

Don Ricardo Palma Soriano
Don Ricardo Palma Soriano   (07.02.1833-06.10.1919)

Un faldellín he de hacerme 

de bayeta de temblor,

con un letrero que diga:

¡misericordia, Señor!

(Copla popular en 1746)

En el convento de la Merced existe un cuadro representando un hombre a caballo (que no es San Pedro Nolasco, sino un criollo del Perú), dentro de la iglesia y rodeado de la comunidad. Como esto no pudo pintarse a humo de pajas, sino para conmemorar algún suceso, dime a averiguarlo, y he aquí la tradición que sobre el particular me ha referido un religioso.

Plano de la ciudad del Callao
Plano de la ciudad del Callao (Fuente: Internet)

Don Juan de Andueza era todo lo que hay que ser de tarambana y mozo tigre. Para esto de chamuscar casadas y encender doncellas no tenía coteja.

Gran devoto de San Rorro, patrón de holgazanes y borrachos, vivía, como dicen los franceses, au jour le jour, y tanto se le daba de lo de arriba como de lo de abajo. Mientras encontrara sobre la tierra mozas, vino, naipes, pendencias y francachelas, no había que esperar reforma en su conducta.

Para gallo sin traba, todo terreno es cancha.

El 28 de octubre de 1746 hallábase en una taberna del Callao, reunido con otros como él y media docena de hembras de la cuerda, gente toda de no inspirar codicia ni al demonio. El copeo era en regla, y al son de una guitarra con romadizo, una de las mozuelas bailaba con su respectivo galán una desenfrenada sajuriana o cueca, como hoy decimos, haciendo contorsiones de cintura, que envidiaría una culebra, para levantar del suelo con la boca y sin auxilio de las manos un cacharro de aguardiente. A la vez y llevando el compás con palmadas cantaban los circunstantes:

«Levantámelo, María;
levantámelo, José;
si tú no me lo levantas
yo me lo levantaré.
¡Que se quema el sango!
¡No se quemará,
pues vendrán las olas
y lo apagarán!».

Aquella bacanal no podía ser más inmunda, ni la bailarina más asquerosamente lúbrica en sus movimientos. Eso era para escandalizar hasta un budinga. Con decir que la jarana era de las llamadas de cascabel gordo ahorro gasto de tinta.

La zamacueca o mozamala es un bailecito de mi tierra y que, nacido en Lima, no ha podido aclimatarse en otros pueblos. Para bailarlo bien es indispensable una limeña con mucha sal y mucho rejo. Según la pareja que lo baila, puede tocar en los extremos: fantásticamente espiritual o desvergonzadamente sensual: habla al alma o a los sentidos. Todo depende de la almea.

Refieren que un arzobispo vio de una manera casual bailar la mozamala, y volviéndose al familiar que lo acompañaba, preguntó:

-¿Cómo se llama este bailecito?
-La zamacueca, ilustrísimo señor.
-Mal puesto nombre. Esto debe llamarse la resurrección de la carne.

Ilustración de Arnoldus Montanus (1671) hecha desde el mar hacia la ciudad del Callao (Fuente: internet)
Ilustración de Arnoldus Montanus (1671) hecha desde el mar hacia la ciudad del Callao (Fuente: internet)

Acababan de picar a bordo del navío de guerra San Fermín (construido en 1731 en el astillero de Guayaquil, con gasto do ochenta mil pesos) las diez y media de la noche, cuando un ruido espantoso, acompañado de un atroz sacudimiento de tierra, vino a interrumpir a los jaranistas. Pasado éste, y sin cuidarse de averiguar lo ocurrido en la población, volvió aquella gentuza a meterse en el chiribitil y a continuar el fandango.

Un cuarto de hora después Juan de Andueza, que habla dejado su caballo a la puerta del lupanar, salió para sacar cigarros de la bolsa del pellón, y de una manera inconsciente dirigió la mirada hacia el mar. El espectáculo que éste ofrecía era tan aterrador, que Andueza se puso de un brinco sobre la silla, y aplicando espuela al caballo, partió al escape, no sin gritar a sus compañeros de orgía:

-¡Agarrarse, muchachos, que el mar se sale y apaga el sango!

En efecto, el mar, como un gladiador que reconcentra sus fuerzas para lanzarse con mayor brío sobre su adversario, se había retirado dos millas de la playa, y una ola gigantesca y espumosa avanzaba sobre la población.

De los siete mil habitantes del Callao, según las relaciones del marqués de Obando, del jesuita Lozano y del ilustrado Llanos Zapata, no alcanzó al número de doscientos el de los que salvaron de perecer arrastrados por las olas.

El terremoto, habido a las diez y media de la noche, ocasionó en Lima no menores estragos; pues de setenta mil habitantes quedaron cuatro mil sepultados entre las ruinas de los edificios. «En tres minutos -dice uno de los escritores citados- quedó en escombros la obra de doscientos once años, contados desde la fundación de la ciudad».

Aunque los templos no ofrecían seguro asilo, y algunos, como al de San Sebastián, estaban en el suelo, abriéronse las puertas de las principales iglesias, cuyas comunidades elevaban preces al Altísimo, en unión del aterrorizado pueblo, que buscaba refugio en la casa del Señor.

Entretanto, ignorábase en Lima el atroz cataclismo del Callao, cuando después de las once, un jinete, penetrando a escape por un lienzo derrumbado de la muralla, cruzó el Rastro de San Jacinto y la calle de San Juan de Dios, y viendo abierta la iglesia de la Merced, lanzose en ella y llegó a caballo hasta cerca del altar mayor, con no poco espanto del afligido pueblo y de los mercenarios, que no atinaban a hallar disculpa para semejante profanación.

Detenido por los fieles el fogoso animal, dejose caer el alebronado jinete, y poniéndose de rodillas delante del comendador, gritó:

-¡Confesión! ¡Confesión! ¡El mar se sale!

Tan tremenda noticia se esparció por Lima con velocidad eléctrica, y la gente echó a correr en dirección al San Cristóbal y demás cerros vecinos.

No hay pluma capaz de describir escena de desolación tan infinita.

El virrey Manso de Velazco estuvo a la altura de la aflictiva situación, y el monarca le hizo justicia premiándolo con el título de conde de Superunda.

Panorámica artística del Callao vista desde el mar
Panorámica artística del Callao vista desde el mar
(Fuente: internet)

Juan de Andueza, el libertino, cambió por completo de vida y vistió el hábito de lego de la Merced, en cuyo convento murió en olor de santidad.

Texto tomado de: http://es.wikisource.org/wiki/Conversi%C3%B3n_de_un_libertino